Hoponopono
Elaboraciones > Fórmulas
Según esta técnica hawaiana,
vivimos “enganchados” en memorias negativas que nos condicionan al sufrimiento
a diario. Al ser parte de una atmosfera común que nos envuelve, ello nos obliga
en algún momento de la vida a sufrir por las mismas cosas que otros lo han
hecho y lo hacen, por el solo hecho de pertenecer a ese ambiente, al cual
conectamos de forma interior. Nos conectamos con dichas memorias a través de nuestras
propias experiencias de sufrimiento y dolor.
Esta técnica ha obrado
maravillas, ya que ha logrado de forma muy simple encontrarnos con una pureza
de alma, producto del perdón y de la reconciliación.
Hoy día, el mundo parece
estar más dispuesto a no querer sufrir “por demás” o en vano. E incluso
eliminar el sufrimiento que no sea necesario.
El dolor que guardamos no
nos deja en paz, nos produce enfermedades, nos condiciona a un karma más
doloroso aun por lo que generamos con dicho dolor.
Por ello elaboramos la
fórmula para trabajar el hoponopono, para que sea más sencillo desprenderse de
dichas memorias, de los sufrimientos ocasionados por lo sucedido en el pasado.
Recomendamos usarlo mientras
estamos trabajando dicha técnica. Tanto bebiendo el preparado como usando el
perfume vibracional.
Ejercicio avanzado para acompañar el uso de la fórmula:
1.
Buscar dentro de uno una sensación desagradable cualquiera sea, de
tristeza, de dolor, de ira, de angustia. Fijarse que sensación nos da y donde,
en que parte del cuerpo. Si viene alguna imagen, recordémosla sin querer
atraparla, solo recordémosla con sensación y todo.
2.
Repetir por dentro sin violentar, suavemente la palabra perdón. Diez
veces al menos. Y si hay voces que te dicen ¿Por qué voy a perdonar? Recuerda
que lo haces simplemente porque no tienes paz, porque no puedes seguir viviendo
con tanto dolor. El perdón puede ser para el resto, pero la paz, es para ti. Es
perdón por haberte sentido asi, por agredir a tu cuerpo y a tu alma con ese
resentimiento, con ese dolor, es pedir perdón a tu alma por haberla olvidado en
algún rincón mientras te sentías de lo peor. Sigue repitiendo: perdón.
3.
Ahora: “lo siento”. Repite esas palabras. Lo siento por el daño
causado a mi mismo, a los demás, a la vida, por haber sido ejemplo de dolor, en
vez de paz, por ser parte del dolor o de la violencia que genera más dolor y
más violencia, por agredir a mi alma, por hacer sufrir a otros, por hacerme
sufrir a mí mismo. “lo siento”. Siente la pena adentro tuya, mientras repites.
Y si se va, se va, y si se queda, se queda, Si se transforma en otra imagen,
déjalo que ocurra, y sigue repitiendo.
4.
Ahora repite “te amo”. A ti, y a todos los seres. Al alma, al
otro, al causante del dolor. Porque si algo genera el dolor, es desunión,
desintegración, división. Todo lo que divide nos hace sufrir. Y todo lo que nos
une nos hace sentirnos mejor, más completos, mas integrados. Cuanto más
dividido y desintegrado estoy, más sufro. Cuanto más unido me encuentro a la
vida, al mundo a los seres queridos, me siento mejor. Por ello sigue repitiendo
“te amo”, para sentirte de nuevo unido a tu vida, a tu alma, a la mejor versión
de ti mismo. Repite al menos diez veces.
5.
Gracias, repite gracias muchas
veces, pero despacio, deja que fluya el sentimiento entre medio. ¿Y porque agradecer?
Por la experiencia, porque si podemos perdonar, nos convertimos en mejores
seres de lo que antes fuimos, porque nos permite transformarnos en lo mejor de
nosotros, en seres luminosos, unidos, totales.
6. Ahora fíjate que va quedando adentro tuyo de lo que tenías cuando
empezaste, del dolor, de la angustia, de la bronca, de la tristeza, del miedo.
Siente lo que sientas todavía, bueno o malo según tú. Y sintiéndote a ti mismo,
repite lento, con una suave energía, todo junto: perdón, lo siento, te amo,
gracias. Hazlo varias veces, hasta
que te sientas pleno, entero, feliz, emocionado, lo que sea, pero todo uno. Puedes
llorar o reír si lo deseas, o lo sientes así.
7. Hazlo con todos tus sufrimientos, pero despacio, hay tiempo.
Uno por vez, a tu tiempo. Si puedes luego de esto, duerme, descansa.
Al principio y entre medio de este proceso
puedo usar la formula, tanto en gotas bebibles, como en hornillo, como en
vaporizador, o perfume ambiental de ho’ponopono.
COMPONENTES DE LA FORMULA FLORAL:
Rosa rosado claro: ayuda a sanar las culpas, a desprenderse de
memorias dolorosas y a limpiar lo que ya no sirve como si fuera un cambio de
piel. Permite conectar con el poder personal para trabajar los propios temas
sin depender de otros. Ayuda a hace3rse cargo.
Catai: para sanar heridas del alma, Limpia recuerdos y
experiencias dolorosas que marcaron nuestra vida. Ayuda a perdonar, recupera
también la fuerza para la auto curación.
Formula Reiki: fórmula para conectar con la propia divinidad, la
fe y el amor. Para sentirse parte de un todo. (Te amo) y (gracias.)
Limpia Enojo: formula creada para eliminar de nuestro sistema,
cuerpo y alma el enojo, que nos atrapa. (Lo siento)
Perdón: formula que une todas las flores que ayudan a
trabajar el perdón. (Perdón)
En la versión aromática, va
acompañada de una esencia de Rosas que como aroma trabaja el amor fraterno, la
reconciliación y el perdón.
¿Preguntas para saber si es para usted?
¿se siente atrapado por algunos sufrimientos?
¿Le cuesta perdonar?
¿le cuesta entender el
motivo de sus sufrimientos?
¿Suele estar enojado/ a por
demasiadas cosas?
¿Se queja mucho? ¿Siente que
tiene demasiados conflictos?
Cuando sale en un test intuitivo:
Puede que usted este atrapado, en una red de
malas ondas, o de sufrimientos pasados, de los cuales no se puede desenganchar.
Es posible que no encuentre un motivo claro para sentirse asi, y que haya
guardado sin madurar varios conflictos y sufrimientos adicionales.
La cuestión, es que la paz,
escapa fácilmente de su vida y no le permite apreciar una vida de
satisfacciones y tranquilidad. El dolor guardado no permite amar, a veces ni
dormir.
Por ello si usted ha
encontrado esta carta o a llegado hasta esta fórmula, es que necesita hacer un
trabajo profundo de perdón, de reconciliación con usted mismo y con el mundo
que le rodea. Aunque sea solo por el hecho de tener paz.